sábado, 3 de septiembre de 2011

Lo más grande

Al ver a los estudiantes en la comisión de educación del senado me pasó por la cabeza la situación del mundo al revés, los dirigentes estudiantiles estaban claros, tanto en los datos duros, como en las propuestas de soluciones a los temas planteados por la experiencia internacional y los expertos en educación. Sin embargo, la mayor parte de los senadores ante los cuales exponían daban la sensación de no ser capaces de comprender situación y peor aún carecer de las competencias necesarias requeridas para enfrentar el desafío que tienen encima, no quiero profundizar lo vergonzosa de la reacción de la senadora Von Baer aunque recordé las palabras de Quevedo: Las universidades titulan, pero no desasnan.

Dicho evento me hizo dar cuenta que la situación de la clase política nacional es aún mas precaria que la que pensaba, en realidad, lo que hizo más patente el escenario fue el contraste de ver personas con convicciones, ideales y claridad vs aquellos que no carecen de ellas o no están seguros o peor aún las ocultan. Y probablemente no solo yo me di cuenta, el presidente también debe haberlo notado y por eso es que no se atreve a hacer una reunión y debate público y televisado… sabia decisión para él, mala para nosotros.

De cualquier manera aquí está saliendo a flote algo más importante, porque el mejorar de verdad el sistema educacional implica hacer cambios al sistema socioeconómico y también al político. Para terminar con un sistema educacional caro, de deficiente calidad y segregado, se deben lograr reformas importantes y no simplemente leyes al boleo y medidas incompletas, que finalmente podrían terminar siendo peores si se aprueban solas o a medias sin reformar el sistema, más aún si no se contempla una etapa de tansición, pero dicha reforma forzosamente generará cambios que afectan ámbitos mayores como la constitución, la forma en que participan los privados, la industria financiera, la tributación, la organización político administrativa, etc.

Y es que el sistema político, social y económico ha venido dando señales de su agotamiento con la revolución de los pingüinos, la división de la DC en torno a la acusación constitucional a Provoste, la colusión de las farmacias, las elecciones presidenciales donde 1 candidato independiente planteando reformas al sistema político, tributaria y al sistema educacional, sacó prácticamente un 20%, además de ponerse en relieve que existen 4 de 12 millones de personas que se han excluido del sistema eleccionario y luego vino un descanso gracias al terremoto, pero las señales siguieron con el caso Kodama la renuncia de la ministra, la renuncia de Jacqueline Van Rysselberghe, lo errático del funcionamiento de concertación desde su salida del poder, las manifestaciones en la Patagonia y por la Patagonia y finalmente el paro de los estudiantes, entre otros eventos mas.

Todos son síntomas de algo mas profundo, un sistema político enquistado en el poder, inamovible, encubierto en una democracia a medias, incapaz de representar y por lo tanto transmitir las demandas ciudadanas ni de convertir este país en el Chile que los ciudadanos desean. De ciudadanos que sienten que el sistema económico se los caga y que pueden tener razón los mercados de este país son prácticamente oligopólicos, incapaces degenerar las eficiencias competitivas necesarias pero peor aún el estado, ente regulador por antonomasia, es incapaz de detectar los abusos o de ejercer realmente la regulaciones necesarias producto de su propia ineficiencia y escasa modernización, lo que en conjunto (sumado a la pésima educación) genera la terrible distribución del ingreso nacional en donde el 60% del país vive con ingresos como los de Angola, y por eso cuando escucho a algún analista o alguien reflexionar "pero si crecemos a un 7% ¿como las personas no se dan cuenta lo bien que estamos?" me dan ganas de reírme de ellos.

Pero el cuento que nos han vendido es que con educación sales adelante con educación puedes llegar lejos y con eso arreglas todo la mala distribución, la ineficiencia, el subdesarrollo, la pobreza, la delincuencia, etc, bueno eso en realidad no es cuento, pero al final si esto es verdad ¿por qué terminamos teniendo una educación como el forro? ¿por qué en vez de reformarla para mejorarla, terminamos reformándola para hacerla aún peor? En vez que la educación se convierta en la fuente de libertad, de la verdadera libertad, la de pensamiento, se convirtió en una prisión económica, que en vez de dar educaciónpaso a ser un negocio financiero.

Y por eso explota acá el cambio, en la educación, que es donde verdaderamente vale la pena, pero para eso se requiere algo más grande, que implica un cambio profundo, no un Apocalipsis como probablemente aquellos que verán afectados sus interese trataran de hacer creer, porque es lo que va a empezar a pasar ahora comunicacionalmente, la guerra del terror, el fin de todo lo que tenemos, una revolución bolchevique, el retorno de los comeguaguas, el fin de la libertad (de hacernos ricos), el fantasma de Marx!!, etc.
Aunque le tengo fe a los dirigentes estudiantiles, no se la tengo a los políticos y me queda la duda ¿se puede lograr un cambio, algo mas grande orientado hacia mayor equidad, justicia e incluso libertad, pero libertad para todos y no para unos pocos, que al final termine dando la educación que se merece este país? ¿El sistema puede cambiar al sistema?